Es inevitable pensar en lo que viene después del verano y las vacaciones.
Lo vemos en anuncios gigantes por las calles, en publicidad escrita, en la prensa, en la televisión...
No somos realmente conscientes del "drama" que supone el regreso a la normalidad hasta que no nos vemos inmersos en la operación "Vuelta al cole".
El conseguir libros de texto sueltos en una librería es pura ilusión, ahora tienes que pedir todo el pack en el mismo sitio, gesto de prepotencia infame que se dá últimamente en éstos comercios...
El babi y el uniforme, imposibles de adquirir de una sola vez si te has retrasado unos días, las existencias se terminan tan pronto como las reponen ( oiga, ni en los súper hace semanas, con la huelga de transportistas, que era lo más parecido a un estado de sitio...).

Y las laaargas colas "borreguiles" de espera para que te den "lo tuyo"... además te sablean el bolsillo... Oh! my god!...

Sé que la educación de los hijos es importante, el material escolar necesario, los libros de texto insustituíbles...hasta el babi y los uniformes prendas útiles que nos evitan conflictos diarios a los padres en casa y entre los niños en las aulas, pues el ir vestidos todos con la misma ropa confiere cierta igualdad y reduce las distinciones de clase social ( el colegio de mi hija es público y sin embargo es obligatorio la uniformidad a partir de Primaria ).

Pero... ¿ no podrían hacerlo de otro modo?
Recuerdo que el reciclaje de ropa y libros era una máxima entre los miembros de mi familia y no pasaba nada. Una tía me hacía unos pichis en azul marino con los que iba tan orgullosa todos los días y mi hermano pequeño "heredaba" parte del material que estaba aún en buen estado ( aunque a él no le hacía mucha gracia, todo hay que decirlo ).

Para que sea menos la experiencia religiosa a la que me voy a someter la semana que viene, un vídeo de vuelta al cole para los mayores... que también la sufrimos en el trabajo.