Me pregunto con cierta frecuencia cuáles son los factores que hacen que nos enamoremos de otro ser y qué es lo que determina nuestra elección personal a la hora de decidir si esa persona es la adecuada para pasar el resto de nuestra vida ( o al menos parte importante de la misma ) con ella.





¿Será cuestión sólo de un instinto de procreación, de un impulso innato e inconsciente de salvaguardar nuestro legado genético?
Y si es así, ¿ nos equivocamos mucho, a juzgar por la ruptura cada vez mayor de las parejas ?
O ¿ es que el fin de la unión conyugal no es más que la consecución de éste legado y, por tanto, la mayor diversidad genética justifica el cambio de pareja?