Es extraña la capacidad que tienen algunas personas para conseguir fijarse en la mente de los demás y permanecer allí agazapados. Luego, de la manera más inesperada y ante un estímulo ilógico, reaparecen incongruentemente como por arte de magia, inundando la ideación del poseído, a pesar de que éste haya intentado olvidar cualquier conexión de pensamiento con el primero...
Tampoco entiendo el por qué de la compulsión del recuerdo sobre situaciones que han sido productivas de intenso
dolor.
El olvido sería la mejor solución que evitaría de forma efectiva el sufrimiento repetido y sin sentido que provocaría el pensamiento compulsivo, pero en ocasiones es imposible hacer uso de éste mecanismo defensivo (que sí emplean los niños que han sufrido grandes traumas en su infancia), y el recuerdo se convierte en una tortura mortificante, quizá sólo encuadrable en conductas patológicas del género del masoquismo.

A veces esa capacidad a la que me refería al comienzo del post es tan poderosa como incontrolable y las consecuencias de la misma son devastadoras...incluso para aquellos que la poseen. Estos muchas veces son testigos atónitos del perjuicio causado por ese don no bien manejado, o el uso indebido del mismo ha desencadenado reacciones indeseables que les han provocado un perjuicio propio, causándoles un sufrimiento igual o mayor (bueno, ésto lo dudo mucho) al generado en "su víctima".

La capacidad de manipulación es peligrosa, porque puede hacer caer tanto a quien la utiliza como a los sujetos susceptibles de ser manipulados... aunque de manera práctica todos se encuentren "atrapados" en la misma red, la tela de araña sólo es mortal para unos, los pobres incautos... los otros viven en ella y el beneficio es, indudablemente mayor...



Falling...

"el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra", o eso dicen...











3 Responses
  1. Juana Says:

    Algún día te contaré uno de mis mayores traumas, más bien lo llamaría el más espectacular, pero ahora a lo que vamos.
    Para resolver un trauma, lo se por experiencia, hay que volver a él y enfrentarlo, no hay más remedio, es mejor hacerlo en un "entorno seguro", pero nunca se olvida.
    Hay que volver y volver, huir no resuelve nada, hay que confrontarlo sin remedio, es caso contrario permanecera ahí acurrucado, volvíéndose más y más poderoso y desagradable.
    Al menos esa es mi experiencia.


  2. Juana Says:

    Todos nos encontramos atrapados en la misma red, parar, conectar con el cuerpo, respirar, sentir la respiración con muchísima atención, muy práctico, la
    respiración y el cuerpo está aquí y ahora, toda la atención ahí, en la respiración y en el cuerpo ... ¿fácil? no, requiere entrenamiento, pero poco a poco.


  3. Berni Says:

    La respiración abdominal es una de la técnicas relajantes que primero nos enseñaron en un curso antiestrés que hice después de una experiencia hospitalaria que tuve como paciente a consecuencia, se supone, de un estado de agotamiento físico y psicológico por una situación de estrés continuado durante los meses anteriores al episodio de síncopes repentinos...
    Parece muy útil para manejar una pérdida momentánea del control, cuando perdemos los nervios, que solemos decir, o estamos a punto de perderlos, ante estímulos estresores externos.
    La he practicado en alguna ocasión, pero si no eres constante, pierdes la capacidad de relajación y la paciencia necesarias para conseguir los efectos deseados con unos minutos de respiración, que se pude hacer en cualquier parte y ante cualquier situación estresante..
    Sé que tengo que ponerme a ello de nuevo.
    Será uno de mis retos personales para el año entrante.