No sé si es una leyenda urbana o es cierto que todo el mundo, o casi todo, comienza el año haciendo una lista con tareas o proyectos en los que embarcarse en cuanto terminan las Navidades.
Es muy típico dejarlo hasta después de Reyes, el día 6 de Enero es el punto clave del calendario que marca el final del fiestón y del desmadre que vivimos en el periodo navideño, ya sean excesos verdaderos para unos cuantos, o los medianos desajustes en la rutina diaria que sufrimos todos, en aspectos variados: gastronómicos, económicos, en el descanso, en el ocio, etc...

Y como la mayoría de los propósitos están relacionados con estas cuestiones (la comida, el descanso, la diversión, el ejercicio...) y el despiporre resulta inevitable, queramos o no, es bastante prudente dejarlo para cuando la cotidianidad se restablezca.

Nunca hice una lista de propósitos como tal, con papel y lápiz, pero siempre tuve en mente algunas cosillas pendientes:
Esas historias que vas dejando para ocasiones mejores (que por cierto nunca llegan), y que se van acumulando en el rincón de la conciencia, hasta que una Nochevieja cualquiera decides ordenarlas y convertirlas, así, como porque te da un "repente", en "los propósitos del Año Nuevo". Mala idea eso de dejarte llevar por los "repentes"...

Pues bien, yo este año he mandado los propósitos a tomar por donde la espalda pierde su noble nombre.
Nunca logro que se cumplan, así pues... ¿para qué hacerlos?
Que la cosa venga como venga... y los sentimientos de frustración ante propósitos no cumplidos serán inexistentes.

Buen propósito lo de no tener propósitos :)
¿Actitud derrotista?
No, más bien realista...



Por cierto, ¿cuáles son vuestros propósitos?
Contadme alguno que se pueda decir...

Berni.
Martes 5/1/10.

5 Responses
  1. FJavier Says:

    Todo un ejercicio de realismo.

    Cada vez más personas necesitan escapar de tales imposiciones y buscan llenar sus vidas de autenticidad.
    Artificiosas, como las fronteras o los calendarios, las oportunidades que nos venden para empezar, para cambiar de vida a toque de tradiciones consumidoras de materias y espíritus.
    Cualquier otro momento de la vida es perfectamente propicio para volver a comenzar, para detenerse a reflexionar sobre uno mismo, para iniciar un nuevo o viejo camino.
    Sólo hay que estar atento a la voz del propio corazón.
    Y, evidentemente, el tuyo te habla.

    Un abrazo.


  2. Juana Says:

    Mi único propósito para después de reyes, es ir a un baño turco, espero cumplirlo jajajajaja apuntada estoy.


  3. Eva Says:

    ¡El mío también! Porque nosotras lo valemos y nos lo merecemos.


  4. Ana Says:

    Estoy de acuerdo contigo Berni, nunca me he hecho propósitos la verdad pero... ¡¡este año quiero sacarme la carrera en junio!! así, con ambición xD ahh! y ser competente... aunque ese tema ya... me da bastante miedo.

    Feliz año! ;)


  5. BLUES Says:

    ...hola musa.. propósitos, ninguno. Como dirían Lennon & McCartney, let it be..si acaso me gustaría echar algún casquete más, no muchos más, uno o dos más repartidos a lo largo del año, pero vamos, que si tampoco puede ser, pues nada. Con que no nos eliminen muy pronto de la Champions y no hagamos mucho ridículo en la liga me vale. Lo de los casquetes incluso puede ser relegado al ostracismo si se me aseguran los deseeos futbolísticos...sí, soy simple, qué queréis...