Siempre le dijeron aquello de  "si juegas con fuego, terminas quemándote", pero nunca le explicaron que la lucha contra la dictadura del corazón, resulta tan cansina para el raciocinio, como nociva para la fortaleza del alma.
Si al final las palabras de su padre iban a terminar marcando su destino, cuando escuchaba con despecho, una y otra vez, aquello de "enfermerita maricona"...

Le temblaban las piernas cuando percibía su presencia o escuchaba su particular voz cerca de  él.
Aquello de mariposas revoloteando en el estómago resultaba una verdadera gilipollez en comparación con lo que él sentía. Una especie de angustia se le  instalaba  en  el epigastrio cada vez que  los ojos de ambos se encontraban por casualidad.
Era una sensación extraña, pues nunca había perdido el control de esa manera, y menos por alguien de su mismo sexo, cuestión que agravaba notablemente su enorme desazón.
Sufrimiento. Sufrimiento y gozo. Quizá  esas dos palabras antagónicas eran las que  mejor definían su estado global.

Jamás hubiera pensado que eso le ocurriría a él. Creía tener claras todas sus preferencias y bien definidos ciertos valores en las cuestiones del amor. ¿Pero era amor lo que sentía?...
Miles de dudas le invadían y  le obligaban a replantearse constantemente en un pensamiento compulsivo hasta la desesperación, muchos aspectos de su vida que hasta el momento habían cimentado con robustez la totalidad de su existencia.

Súbitamente, y en cualquier pasillo, el mundo se diluía... y no podía más que sonreír...
¿Is this a crime?...



Berni.
Miércoles 31/8/11.














Un poco de humor ácido entre tanta convulsión social y laboral que nos toca vivir.
No son tiempos propicios para el trabajo, ni en el ámbito privado, ni en el público. Las "desventajas" que siempre estuvieron presentes en el segundo, ahora se minimizan hasta la extinción ante la falta de tajo y estabilidad en el primero. Lo que en otros tiempos fue menoscabado, ahora parece valorarse más que nunca, pero  los chistes y la socarronería siguen presentes.
El tema funcionariado continúa  levantando suspicacias y ampollas en nuestro país.
Dejemos, por unos momentos, que sólo nos arranque algunas sonrisas...



Berni.
Sábado 27/8/11.


Ha llovido mucho desde la primera vez que vi la cara de este artista, pero justo dentro de  un mes será la primera ocasión que tenga de verlo y escucharlo en directo...

Todo el que me conozca un poco o haya entrado con cierta frecuencia en el blog, sabe que soy una adepta incondicional de George Michael. Bien porque pasé parte de mi adolescencia bailando sus temas desde que era el líder indiscutible del dúo Wham!, allá en los años 80, o porque cuando comenzó su carrera en solitario pensé "este chico promete". La excelente evolución musical del británico no hizo más que confirmar mis sospechas, y que sus composiciones me gustaran cada vez más.
Los ritmos funky, soul, pop, dance, están presentes en sus temas, y dichos estilos me encantan.

Después de un tiempo de "inactividad", de haberse retirado oficialmente de los escenarios, y tras sufrir las consecuencias legales de sus adicciones al alcohol y a las drogas (estuvo en prisión los últimos meses del año pasado por empotrar su coche contra una tienda al norte de Londres y conducir bajo los efectos de las drogas), regresa con la gira europea "Symphonica". Comenzada el pasado 22 de agosto en la ópera estatal de Praga, las actuaciones en directo le llevarán por países como Dinamarca, Italia, Polonia, Hungría, Croacia, Francia y... España!

Será el 25 de septiembre a las 21:30 cuando podamos disfrutarlo en el Palacio de los Deportes de Madrid.

¿¿Alguien intuye dónde estará Berni en el día D a la hora H??


Berni.
Jueves 25/8/11.



Y de nuevo volví a sentir la vulnerabilidad que confieren LOS TEMORES cuando estos, condenados en las mazmorras del olvido, logran emanciparse de sus pesados grilletes. La llave que gira el candado raptor se encuentra pululando en paraderos desconocidos, ajenos a nuestro control.  Sin saber cuando ni cómo, alguien se hace con ella. Con un repentino click abre la temida caja de Pandora, provocando fortuitamente la desaparición de la serenidad.

Hará cosa de un par de meses, me encontraba recibiendo un curso de comunicación de noticias en situaciones críticas de la mano de dos compañeros de trabajo. El grupo de alumnos no era muy numeroso, unos veinte, dispuestos en una gran mesa en forma de U, de forma que todos podíamos vernos las caras.
En un primer ejercicio práctico, y colocados en parejas, debíamos  contarnos mutuamente  una experiencia  personal de  duelo, ocasionado por la pérdida de alguien muy querido. Debían ser expresados  los sentimientos y reacciones que aparecieron a causa de dicha pérdida. Tras esto habría un turno para que todos describiéramos brevemente ante los demás la experiencia del compañero.
Resulta  muy sorprendente el comprobar la gran variabilidad de emociones y  comportamientos tan distintos, en ocasiones chocantes,  que  la muerte puede provocar en los individuos, estando todos como estamos, hechos de la misma materia.
Los sentimientos aludidos fueron, entre otros, tristeza, enfado, impotencia, negación, ideas suicidas, vacío, alivio, miedo, incertidumbre, culpa (propia y de otros), frustración, dudas, angustia...Y los comportamientos que surgieron inmediatamente después de la pérdida, fueron de  bloqueo emocional, petición de ayuda, aislamiento, actitud de comprensión, de compartir la pena, llanto incontrolado, tranquilidad, sensaciones físicas determinadas (escalofríos)...

Desde las primeras descripciones comencé a percibir cierta tensión en el ambiente. Si bien es algo que creo que casi todos notamos, pudiera ser como una sensación absolutamente personal y subjetiva, pero la angustia en muchos rostros era más que evidente, y los ojos de no pocos se enturbiaron (los míos incluidos). Una nube de tristeza pareció envolvernos, densificándose con cada escueta narración. Los duelos por  los padres, madres, hermanos, abuelos, tíos y amigos que allí se expusieron, afligieron de nuevo a aquellos que los habían sufrido hacía tan solo  unos  meses, o muchos años atrás, pero inevitablemente afectaron al resto de los allí presentes.
Una mujer tuvo que marcharse de la sala unos minutos, pues la angustia revivida por la muerte de una muy querida  amiga  la imposibilitaba  para  continuar  el  ejercicio.

La segunda práctica acabó por minar de forma definitiva  mi  entereza personal.
Consistió en  la visualización de un vídeo con diferentes  escenas en los que se presentaban reacciones posibles ante la noticia de la muerte de un familiar. Las secuencias eran simuladas, pero basadas en casos reales. 
La primera me afectó especialmente: 
Una mujer pierde a su única hija de tres años  por un TCE (traumatismo cráneo encefálico)  en un accidente, y en ese momento le comunican el fallecimiento. La expresividad del dolor me resultó desgarradora.
No sé si fue la profesionalidad de la actriz, la tragedia en sí, con un niño de por medio (eso me "tocó" especialmente), la ansiedad arrastrada por ejercicio anterior, o la combinación de todo ello, que no pude evitar derrumbarme en un mar de lágrimas y sentir un gran desasosiego.
De repente me vinieron a cabeza infinidad de escenas muy tristes de las que he sido testigo directo durante mi vida profesional. Los rostros y nombres de los fallecidos, el enorme dolor y el llanto de las familias, la pesadumbre propia y de otros compañeros, conmocionados ante  el desconsuelo humano...


El tiempo, la experiencia,  numerosos "cursos guía" y  el  desarrollo  de  ciertas  estrategias  personales  (cada cual elige la suya), se vuelven  imprescindibles para soportar la carga de la convivencia diaria con el sufrimiento y tornarla fructífera y positiva tanto para los demás ("relación de ayuda"), como para  uno  mismo (y enfrentarse a esos temores a los que aludía  al comienzo del post).

En ocasiones, incluso, "un cambio de aires" a tiempo y a modo de desconexión transitoria, resulta tan recomendable como necesario.
Algunos podrían interpretarlo como una  escapada o huida  ante  los "fantasmas" pasados y presentes.
Yo lo veo más como un aprendizaje, una adaptación que obedece al instinto de supervivencia natural.
Una manera de "aprender a volar"...


"Soportando a solas mi juicio que se tambalea
Una atracción fatal que me sostiene rápido
¿Cómo puedo librarme de esta presión irresistible?
No puedo mantener mis ojos en el cielo que da vueltas
Mi lengua ato y retuerzo a este inadaptado trozo de tierra que soy...
Un alma tensa esta aprendiendo a volar
Su condición lo detiene pero decide intentar
No puedo mantener mis ojos en el cielo que da vueltas
Mi lengua ato y retuerzo a este inadaptado trozo de tierra que soy..."


Learning to fly. Pink Floyd




Berni.
Martes 23/8/11.